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"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos"   SURda

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03-01-2010

 

 

Fernando Moyano

 

El reciclaje Mujica

SURda



Reciclaje: Someter de nuevo una materia o un producto ya utilizado a un ciclo de tratamiento para obtener una materia prima o un nuevo producto […] ante la perspectiva del agotamiento de recursos ... y para eliminar de forma eficaz los desechos.- W ikipedia


La presidencia de Mujica ¿será continuidad de la de Tabaré Vázquez, un giro a la izquierda, u otra cosa? 


No somos afines a ver los procesos políticos en función de las personas, sino comprender los cambios de personas y elencos en función de los procesos, y a éstos en función de los conflictos sociales. La etapa Mujica es una renovación relativa del Frente Amplio en el gobierno, consolidación y asentamiento  de la función de  contención y control del disenso social. 


El FA cumplió en parte esta función desde su nacimiento, aunque también la de  expresar ese mismo disenso social de los explotados,  tal como una válvula de escape manifiesta la presión del gas y al mismo tiempo sirve para evitar una explosión. Pero cuando llega al gobierno queda solamente como pared de la caldera y deja de ser válvula de escape. 


No hay mejor cuña que la del mismo palo.  Nuestra hipótesis es que el elenco Mujica logrará profundizar la gestión del capitalismo, el ajuste estructural y sus dispositivos en un grado en que Tabaré o Astori nunca hubiesen logrado. Abrirá un poco la válvula (sin la rigidez de los anteriores) y tendrá manos libres para reforzar la caldera.


En nuestra nota  "Un tupa de presidente" hablamos de un reciclaje: a partir de los  desechos  de un proyecto revolucionario fracasado se obtiene un nuevo producto, una "socialdemocracia populista" pro-capitalista. Pero ese reciclaje es a su vez materia prima para otro: el del propio gobierno frenteamplista.


Es la renovación del proyecto de socialdemocracia minimalista  del primer gobierno del FA -que amenazaba agotarse- a partir de los desechos de la guerrilla derrotada y de su proyecto en legalidad -también abandonado- de una izquierda de participación popular. No altera la naturaleza capitalista ni el alcance minimalista del reformismo en el que  se injerta, pero trae una nueva vitalidad. 


Y nos queda aún pendiente de analizar un círculo más amplio de reciclaje. Un negro, un tornero, un guerrillero como continuidad del sistema blanco-burgués-militarista. Las cosas deben cambiar para que todo siga como está. Es el reciclaje socialdemócrata de la globalización. Hay que salvar al capitalismo de su ÉXITO neoliberal, de su propio “fin de la historia”.


LA HISTORIA ANTES DE MUJICA

Cuando en 1971 la izquierda socialdemócrata uruguaya creó el FA, representaba a los explotados como gestor de un espacio mejor para ellos dentro del sistema capitalista. Pero la crisis política de esa coyuntura le daba la oportunidad de algo más, intentar  hacerse cargo  del sistema mismo. Aprovecharla requería una adaptación, y trajo a Seregni, un general venido de un partido burgués tradicional, a que oficiase de presentador. Estaba allí por el acuerdo político intersectorial que dio lugar al FA.


Luego de la dictadura militar (1973-1985) llega una democracia TUTELADA por los militares, y Seregni promueve su aceptación. En parte por los años de prisión que hicieron de él una figura heroica, en parte por el vacío y debilitamiento de los sectores frenteamplistas golpeados por la dictadura, ahora es un actor político relevante. Pretende ser el punto de unidad de todo el FA pero es parte fundamental del ala "moderada". En ese doble rol se excede y trata de forzar prematuramente al FA a un vuelco a la derecha. Es así que en 1986 cede su lugar.


Como ya la izquierda tenía un importante lugar ganado, no era necesario traer de afuera figuras políticamente correctas, podía tenerlas venidas de sus partidos históricos, de las barriadas obreras o la Universidad, siempre que no viniesen vestidos de obreros. Tabaré era un "outsider" de la política, y eso facilitó que cumpliese el papel "carismático" en la transición del país "de los tres tercios" al país "de las dos mitades", en que el Frente comienza a hacerse cargo de la gestión del capitalismo. Su método fue el "outsourcing". Cambió la izquierda por el “progresismo”, inventó alianzas extra-FA como el "Encuentro Progresista" y "Nueva Mayoría", que fracasaron, y luego él mismo los recicló para armar la política afuera de la orgánica, inventó a Nin (un aliando no frenteamplista que fue su candidato a vice en tres elecciones) para justificar su propia derechización, tiró por la borda el programa del FA y encargó uno nuevo al CLAEH (un organismo social-cristiano de ciencias sociales) bajo la dirección de un ex-frenteamplista que luego volvió al FA y fue premiado con un ministerio.


Por fin en 2004 el FA llega al gobierno con Tabaré, y éste descartó enseguida ese mismo programa imponiendo verticalmente una línea mucho más derechista. Incumplió la reforma constitucional que hacía del agua un recurso exclusivo del estado, apoyó la implantación de las plantas de celulosa, mantuvo y amplío la participación en la ocupación de Haití, puso una estatua del Papa, invitó a Bush, vetó la despenalización del aborto, inventó el "día del nunca más" (homenaje conjunto a víctimas del terrorismo de estado y a militares y policías) y saboteó la campaña de anulación de la ley de impunidad. Tabaré fue  el gran enemigo del FA , desmanteló su orgánica, quiso borrar su historia y sus símbolos, guardó en un cajón la bandera de Otorgués. Porque un FA orgánico y movilizado sería un obstáculo  para los compromisos que se adquirían junto con el gobierno. Él fue su propio enemigo. Su arrogancia, engreimiento y verticalismo abrieron una hendija que los viejos zorros guerrilleros aprovecharon en un copamiento de pizarrón, descartando al mismo tiempo a Tabaré y Astori.


Podemos ver una curiosa línea evolutiva de atravesamiento institucional. A medida que el FA va ganando espacios en la sociedad y en el sistema político burgués, la política burguesa se adentra en él. A medida que todo él se corre a la derecha su cúspide parece correrse a la izquierda porque suben los que emergen de su vieja ala izquierda. Es como el movimiento aparente del Sol que muestra invertida la rotación de la Tierra.

PERO DEJEMOS LA ABURRIDA HISTORIA PALACIEGA


Vayamos a los hechos sociales. 

El gobierno de Tabaré es a los gobiernos precedentes de la derecha burguesa tradicional como un travesti a una mujer. La mujer no hace de mujer, es mujer. En cambio el travesti sobreactúa. De la misma forma el reciente e inseguro  gobierno "de izquierda" se sintió obligado a exagerar su alineamiento capitalista.


Hacia las elecciones internas (o primarias) de julio de 2009 el gobierno frenteamplista mostró un descenso de adhesión ciudadana, pero se RECUPERÓ de ese desgaste con la candidatura de Mujica, AL REVÉS de lo que suponían los operadores políticos y asesores de imagen que piensan en función de lo políticamente correcto. La necesidad de un ajuste de la política del FA en el gobierno corrigiendo el desbande de Tabaré Vázquez ya se vio en el Congreso de hace un año que junto con aprobar la candidatura presidencial de Mujica resolvió varios lineamientos políticos en contra de Tabaré: acompañar la campaña por la anulación de la ley de impunidad, rechazar un TLC con EEUU, y algunos más.


El golpe autocrático a la derecha que se corregía había sido necesario para disciplinar la rebeldía frenteamplista al proyecto de gestión del capitalismo, y fue posible por la zanahoria de llegar al gobierno. Pero una vez desplegada allí la burocracia frentista, la disciplina puede distenderse y permitir que las pujas internas por cuotas de poder y prebendas se expresen libremente, como está ocurriendo en estos días. La monarquía absoluta ya no es necesaria y el rey es jubilado con honores. El reparto interno puede ser más "democrático".


A su vez, la relación entre la burocracia frentista y el movimiento social de los sectores populares puede ser un poco diferente.


En los términos de Nergi y Hardt (Imperio), la presidencia de Tabaré ha tenido un poco más de la forma "DISCIPLINARIA" que "gobierna... estructurando los parámetros y límites del pensamiento y la práctica, sancionando y prescribiendo los comportamientos normales y / o desviados". La presidencia de Mujica intentará un poco más de la forma de "CONTROL" donde "los mecanismos de comando se tornan aún más 'democráticos', aún más inmanentes al campo social, distribuidos...  más interiorizados dentro de los propios sujetos". En lugar de dirigir desde arriba, lo hará desde la cancha, involucrando a la “familia frenteamplista”.


Es significativo que Mujica sea el primero que llega del brazo de su mujer, que además no es una extensión del hombre público. Lucía es integrante del grupo guerrillero inicial, vivió la cárcel y la tortura y tiene su propia carrera política aún en el contexto del “machismo blando” de los uruguayos. Llega como primera senadora y no como “Primera Dama”.


En la izquierda, Mujica no es un prestado ni un outsider, es un miembro de la familia. Más aún, era el hijo oculto, vergüenza de la buena familia. Por eso mismo el involucramiento capitalista que impulsará pretenderá abarcar a todo el FA hasta su base. El hijo pródigo se pondrá a sí mismo como ejemplo para encarrilar a los nuevos transgresores. Si era casi imposible hablar con Tabaré, Mujica hará una “gerencia de puerta abierta”.


El estilo Mujica de “como te digo una cosa te digo la otra" no es más que la ambivalencia propia del discurso populista. Y por esa ambivalencia también será más auténticamente burgués. Si Astori conoce a la burguesía del pizarrón universitario, Mujica va al mostrador del regateo cotidiano. Está más próximo al mezquino, ineficiente, parasitario, oportunista y muy explotador burgués típico de un pequeño país periférico como Uruguay. Como diría Marx, lo que lo hace representante de esa frustrada burguesía es que él y su gente "no van más allá, en cuanto a mentalidad" de donde ella va "en modo de vida; que, por tanto, se ven teóricamente impulsados a los mismos problemas y a las mismas soluciones…”. (18 Brumario).


Creemos por tanto que Mujica PROFUNDIZARÁ el carácter capitalista del gobierno del FA y hará la "reforma del estado" (ajuste estructural regresivo) que Tabaré no pudo.


Cómo asomará de nuevo el viejo topo de la lucha de clases y cuál será el resultado final es algo que dejaremos para después.


NO PODRÁN SOLTAR LA BANANA


Desde que comenzó el ascenso del elenco venido de la izquierda de pretensión revolucionaria, el discurso de la cúpula tupamara hacia su gente tomó la forma de la astucia: vamos a fingir ser reformistas. "Este es un trabajo para Clark Kent" comentábamos entonces, contrastando al Supermán del discurso heroicista guerrillero de hace años con la nueva táctica en que el revolucionario dice disfrazarse de socialdemócrata para llegar al gobierno por la vía pacífica, pero apostando más a largo plazo en sus intenciones de profundizar los cambios. Aunque la afiliación del elenco Mujica a la teoría y práctica de la gestión dura del capitalismo es cada día más evidente, tal vez puedan quedar dudas sobre su destino final.


Junto con las medidas anunciadas marcadamente capitalistas del próximo gobierno (como el modelo neozelandés de funcionariado público) hay intenciones de frenar la creciente entrega pro-imperialista de Tabaré, por ejemplo la resistencia de Mujica al decreto "Cardales" de despedida en que Tabaré cede a las transnacionales el actual monopolio estatal en la trasmisión electrónica de datos.


¿Se podría esperar un "viraje a la izquierda" de Mujica? Expectativas hay, y PARA ESO SE ELIGIÓ A MUJICA. En próxima nota veremos esas “estrategias imposibles”: socialdemocracia, keynesianismo, chavismo, etc. No en Uruguay, no da la infraestructura.


La trampa para cazar monos es muy simple: un trozo de banana dentro de un coco agujereado. El agujero permite entrar a la mano abierta del mono, pero no es tan grande como para permitir salir al puño cerrado. El mono así prisionero puede liberarse soltando la banana. Pero el cazador conoce la mente de su presa.


Las cuotas de poder y prebendas del gobierno de gestión del capitalismo funcionan en tanto insertas en el negocio capitalista. Si el elenco de Tabaré es un grupo de tecnócratas oportunistas de origen pequeño-burgués que busca su propio desarrollo dentro del capitalismo, el de Mujica es un grupo de desclasados de todas las clases que solo se justifica por su rol político. Perdieron su lucha guerrillera casi al comienzo y con ella sus sueños y principios. Recuperaron la libertad física luego de años de prisión, no así la libertad interior. Internalizaron la derrota y hacen de ella una reivindicación moral. Arriar las viejas banderas es su bandera.


Este “viejo descangayado” como Mujica se llama a sí mismo, no solo es un hombre que ha dejado atrás su juventud, también cree que la juventud puede ser una enfermedad peligrosa. Sus disparates ultra-reaccionarios (encerrar a los jóvenes adictos, imponer el servicio militar, que trabajen los niños de 10 años) muestran su fondo recalcitrante. Vienen ideológicamente de la vertiente populista y nacionalista del movimiento tupamaro, en disputa con la vertiente socialista y clasista. Y han profundizado ese anlcaje. Su objetivo es erradicar y perseguir cualquier asomo de rebeldía. Y si bien son el mejor perro guardián porque conocen el terreno a vigilar, su principal carta de triunfo es hacer de la propia derrota virtud.


Una vez que capturen el botín de la caja del estado, el botín los habrá capturado a ellos. Volverán a ser presos políticos, de otra forma.



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